Tercer día festivo en la capital de la Ribera del Duero, pero primero no laboral para los trabajadores. Hoy el día comenzaba igual que cualquier otro: durmiendo hasta la hora de comer, provocado por venir de la verbena a altas horas de la mañana, para luego seguir de fiesta por la noche.
La tarde empezó con la asistencia a las barracas, o cochecitos o «la feria» (según personas) acompañando a mi prima pequeña, que ya tenía mono, jeje. Luego siguió con la típica bajada de los toros sin ir a los toros, aunque no hasta el final, ya que el novio de mi hermana, Alberto, me invitó a la cena de celebración de su cumpleaños, junto con David y Mario, dos amigos más. Estuvo muy bien la cena, unas pizzas hechas en horno de leña de la Cantinaccia… mmm. Lo siguiente, un popurri entre botellón, barracas y verbena.
Hoy, como estos días atrás, había un concierto y una verbena. El concierto era de Antonio Orozco (lunes 15 de septiembre, 23:45 horas, Centro Cívico), al cual por otros planes no asistí, pero lo que se oía desde lejos parecía sonar bien, por lo que ha tenido que estar bien. La verbena era del grupo «Radar» y no sonaba muy mal, por lo menos las últimas canciones que tocaron, jeje.
Y así, en resumen y abreviando bastante, son los días de fiesta por Aranda. Quizás estas entradas no sean muy interesantes para mucha gente, pero más que nada es para animar a aquellos que andan ociosos a que se acerquen otro año, que vean que tenemos actuaciones bastante buenas y mucha fiesta, que de aburrirse nada de nada. Y ahora a la cama a descansar, que mañana es otro día largo (aunque no asista a las dianas, jeje).